Como te conté en el post anterior, hemos comenzado una nueva etapa con la llegada del tercer cumpleaños de mi hija. Esto me llevó a compartir contigo las características más relevante de este periodo (puedes ver la etapa de 0 a 3 aquí)
Quiero recalcar que este artículo te puede servir de guía para acompañar las necesidades de esta etapa en tus peques, pero siempre teniendo en cuenta que cada cual lleva su propio ritmo. Esto no hace que sea mejor ni peor. Sino que podamos acompañarlo atendiendo a sus necesidades emergentes según su momento madurativo.
LA ETAPA DE 3 A 6 AÑOS
En esta etapa vital, la autonomía se hace cada vez más palpable. Comienzan a pasar ratos en soledad durante sus juegos y reclaman su espacio y su papel a la hora de tener parte activa de su día a día. Por eso nuestra confianza en sus capacidades es de vital importancia para poder darles ese espacio de crecimiento hacia la autonomía y la autorregulación. Ir soltando esta dependencia vivida en los años anteriores, pero sin forzar, hará que crezca en autonomía. Necesita saber que estamos ahí para ayudarles, para acompañarles si nos necesitan, pero que tienen el espacio y las experiencias suficientes como para ir abriéndose camino por sí solos. Este camino es un proceso y no surge de un día para otro. Por eso las prisas en este sentido, las palabras de “ya eres mayor” no solo no ayudan sino que obstaculizan en muchos casos.
La repetición en sus actos será una de las claves más llamativas. Es a través de la práctica reiterativa como logran dominar habilidades, crear y comprender el mundo que les rodea. Veamos los diferentes aspectos que caracterizan estos años venideros:
A NIVEL EMOCIONAL
Después de haber vivido la etapa del no, en la que se enfrentaban a las personas de referencias y a duras penas hacían caso a sus peticiones (a no ser que su instinto le llevara a hacerlo), comienza lo que llamamos el desarrollo de la voluntad.
Entre los 3 y los 6 años nos encontramos ante una persona que todavía se mueve por esa fuerza inherente que le lleva a la exploración continua, pero es a través de la experimentación como llega el aprendizaje de esa discriminación de ciertas conductas no aceptadas. El control del lenguaje, que hasta ahora había sido usado por las personas que intervienen en su crianza y había estado dirigiendo su conducta desde el exterior, va siendo interiorizado hasta formar parte de su ser ya entrando en los 6 o 7 años.
Cuando comienzan a actuar de forma más consciente, puede que hagan caso a ciertas órdenes aunque no estén íntimamente ligadas a sus necesidades. Pero también puede que nos hagan caso una vez y a la siguiente ya no lo hagan. Esto no es un síntoma de rebeldía ni desobediencia, simplemente se debe a que las habilidades necesarias se están formando pero no están completamente establecidas todavía.
El desarrollo de la voluntad se da por completado cuando no sólo es capaz de obedecer (no como acto de sumisión, más bien teniendo en cuenta las peticiones de otras personas), sino que lo hace con entusiasmo y alegría cuando es consciente de que la persona que le da la orden es capaz de hacer cosas que él todavía no puede hacer, es como si la obediencia naciera del respeto y la admiración hacia esa persona. Esto será determinado por cómo se han puesto los límites y si el niño o la niña también han sido respetados.
De 3 a 6 años también surgen ciertos miedos que antes no estaban presentes. Se mantienen los de la etapa anterior, como a ruidos y extraños, pero se incrementan. Los miedos van en paralelo al desarrollo infantil. Por lo que pueden aparecer fantasmas, monstruos, oscuridad, estímulos imaginarios…
Su origen puede venir de progenitores miedosos o con ansiedad (por ejemplo, si tengo miedo a que mi hija escale y continuamente le digo que tenga cuidado, ella acabará viendo el peligro por todas partes). También influye nuestra forma de comunicarnos con ellos/as. Si nuestros lenguaje es expresado desde la negación, esto puede infundir temor (“no te subas, no cojas, no corras…”). Y además pueden venir de experiencias desagradables que les marcan (si un perro más grande que ellos/as les ladra a corta distancia).
¿Cómo puedo atender estas necesidades?
- Sigue necesitando nuestra presencia como figura de referencia, no fuerces la independencia pero favorece la autonomía. Los juegos de vida práctica Montessori le ayudarán a conseguirla (puedes seguir el hagstag #atendiendonecesidadesencasa donde te comparto cómo voy introduciéndolos con mi hija)
- No pretendas que te obedezca siempre. Seguro que no quieres que se convierta en una persona sumisa, así que es necesario que escuches su punto de vista y su opinión siempre que sea posible.
- Valida la emoción del miedo. En vez de responder ante sus miedos de forma reactiva (“¡cómo te va a dar miedo es perro, si es muy pequeño!”) atiende a su emoción (“Veo que te has asustado, no esperabas que apareciera de repente”).
A NIVEL SOCIAL
En esta etapa comienza a perfeccionar su lenguaje y a aumentar su vocabulario. Empieza la etapa del “¿por qué?”. Esta nueva situación puede desesperar a muchos progenitores y podemos decirle que se calle, ignorarlos o etiquetarlos. Debemos comprender que esta insistente pregunta surge por la necesidad de conocer el mundo que les rodea, por su incansable necesidad de saber, pero también como forma de demanda y de atención.
Recordemos que la resolución de las situaciones en estas edades está marcando su personalidad y su forma de comprender el mundo. ¡Cuidemos nuestras respuestas! Si les respondemos con amor y respeto ante una pregunta (por ejemplo, “y ¿tú a qué crees que se debe”, “Ahora no tengo ganas de hablarlo ¿Qué te parece si lo dejamos para después de la comida?”) entenderán que son tenidos en cuenta. Si por el contrario menospreciamos o atacamos (“¡ya estás otra vez con eso!”, “qué pesadito/a”) irán forjando ideas para una baja autoestima (“solo digo tonterías”, “es mejor no preguntar”) o peor, el sentimiento de ser ignorado/a.
Otra característica típica de esta edad es la creación de la identidad de género. Poco a poco se van reconociendo como niños o como niñas y se ven claramente influenciados por estereotipos y roles de género. Nuestras acciones, nuestro lenguaje (consciente e inconsciente) y la influencia de las pantallas irá haciendo que construya su identidad.
¿Cómo puedo atender estas necesidades?
- Responde a todas sus preguntas aunque sea con otra pregunta (“¿Y tú qué piensas?”) Recuerda que quizás solo quiera mantener una conversación. También podemos explicarles, desde la humildad, que no lo sabemos todo y que les podemos ayudar a investigar.
- Introduce los libros informativos. Son cuentos que explican cómo es la vida y los aspectos que les preocupan, no son fantasiosos. Pájaros en la cabeza es una librería online especializada en este tipo de cuentos.
- Cuida las películas o dibujos que ve porque esto irá calando en su imaginario más que las palabras. Te recomiendo El libro violeta. Más allá del rosa y el azul, un libro de Cristina Romero y Francis Marín.
A NIVEL FÍSICO
De 3 a 6 años, irá perfeccionando sus movimientos. El juego libre, una vez más, se convertirá en el medio para lograr su máxima potencialidad. Como te comentaba al hablar de los miedos, su desarrollo dependerá de lo que les permitamos o no hacer. Es triste, pero en muchas ocasiones los niños han sido y son más ágiles que las niñas y no tiene mayor razón de ser que el acompañamiento que se les da a unas y a otros. “Ten cuidado, no te manches, no te sientes así con la falda…” Todo va quedando y restringiendo la práctica libre de nuestros movimientos.
También es de vital importancia en este periodo el desarrollo de su motricidad fina. Las experiencias que tengan en estos años son la base de la escritura. “El cerebro del niño está en su mano” nos decía María Montessori. Por eso encontraremos en los juegos de vida práctica Montessori una preparación, para el control de la mano.
Hacer cosas útiles con las manos favorece la coordinación, la motricidad fina, la lateralidad, la atención, la creatividad, y la permanencia del objeto. Además, realizarlas con nuestros hijos e hijas refuerza el vínculo, mejora la comunicación y con ello, la relación.
He dejado para el final, con toda la intención, otro gran paso que se alcanza entorno a esta edad: el control de esfínteres. Este proceso depende íntegramente del estado madurativo del niño o la niña. Cada cual tiene su propio ritmo, aquí se plasma con más fuerza aún. Recordemos que el pañal no se quita, se deja. Y todos nuestros intentos por adelantar el proceso servirán de interferencia. Si creamos una confusión en lo que sienten y les dice su escucha interior y lo que sus mamás o papás le dicen, dejará de confiar en sí mismo/a. Debemos estar muy atentos a sus señales para poder ir dándoles los recursos necesarios en cada momento.
¿Cómo puedo atender estas necesidades?
- Confía en sus capacidades motrices. Si te da miedo lo que está haciendo, pide a otra persona adulta que le acompañe en ese proceso en vez de proyectarle tus preocupaciones.
- Permíteles que pasen tiempo en la naturaleza.
- Ofrécele actividades de motricidad fina que impliquen el uso de la pinza (puzles de ensartar con bolita arriba, punzas de coger hielo, pinzas para tender de su tamaño, juegos de ensartar cordones, juegos de los pinchitos…)
- Permíteles el acceso a actividades diarias como: hacer un collar, limpiar objetos o una planta, manejar la lana, pelar y cortar frutas y verduras, machacar nueces en el mortero…
- Durante el proceso de dejar el pañal, evita enfadarte, ni premiar. Puedes recordarle sus logros, poner ropita cómodo a su alcance para que se limpie y se cambie cuando se le escape y nunca obligarlo/a a sentarse si no quiere.
- Te recomiendo que leas a Laura Estremera para poder comprender en profundidad todo el proceso de control de esfínteres.
A NIVEL COGNITIVO
Entramos en una etapa en la que el juego simbólico ocupa la mayor parte de su vida. Este juego de la casita, las muñecas, los animales, la tienda, los coches… les permiten conocer y comprender el mundo que les rodea, desarrollar su creatividad y otros aspectos fundamentales como el lenguaje, la motricidad o la socialización. Poco a poco irán representando roles o situaciones cada vez más complejos.
En todo este proceso la imaginación y la fantasía estarán en su momento de esplendor. Debemos actuar con respeto, tolerancia y naturalidad ante estas situaciones. Pueden surgir los amigos invisibles. Si los acompañamos e integramos de manera sana, se convertirán en grandes amigos para la familia. No te preocupes, poco a poco irán desapareciendo al final de la etapa.
Pueden surgir intereses por los números y la lectura. nuestro deber en esta etapa es ir ofreciéndoles experiencias con las que vayan teniendo una aproximación a estos campos, pero teniendo claro que el objetivo final, de aprender a calcular, leer o escribir, llegará al inicio de la siguiente etapa.
¿Cómo puedo atender estas necesidades?
- La casita de muñecas es un elemento de vital importancia porque en ella se representarán las situaciones que tiene por integrar tanto de su vida familiar como social. Cuida donde la colocas, para que pueda jugar tranquilamente y sin interrupción con ella.
- Ofrécele materiales poco estructurados. Esto son juguetes con pocas características, como los que nos propone la pedagogía Waldorf. Estos materiales harán que su imaginación vuele sin restricciones. Algunos que me encantan son los de Grapat, pero también muñecas de trapo o animales hechos con fieltro. Recuerda que siguen en una etapa en la que descubren el mundo a través de los sentidos por lo que les ofrecemos materiales de madera, mimbre, lana, fieltro… y no solo plástico de colores.
- Acompaña sus aprendizajes de la lecto y las mates desde su cotidiano. Preparar actividades aisladas no suele despertar su interés (y por ende su emoción) y dejan de atraerles. Mi invitación consiste en aprovechar sus intereses (por los planetas, los súper héroes, los bebés…) para acompañarles en el descubrimiento de estos elementos tan abstractos como son las letras y los números.
Recuerda que tu observación te dará las claves para identificar en qué momento se encuentra tu peque y qué es lo que necesita. Esto requiero tiempo y presencia y liberarse de expectativas y miedos en cuanto al nivel de desarrollo de nuestros hijos e hijas. Por lo tanto, necesita de nuestra revisión y crecimiento personal. Ya sabes que es estoy encantada de acompañarte en este camino, recuerda que estoy aquí para lo que necesites. Juntas conseguiremos que esa conexión con tu peque perdure muchos años.
seguimos transformándonos juntos/as
Este artículo ha sido posible gracias a la colaboración de Diana Jiménez alumna en prácticas del máster de Orientación Educativa Familiar