LA ETAPA DE 0 A 3 AÑOS

Written by Transformandonos

Mañana es el cumpleaños de mi hija. Cumple 3 años. Siento que se cierra una bonita etapa para dejar paso a otra nueva, llena también de aprendizajes y crecimiento. Siempre explico en mis talleres que la confianza en la infancia no es una confianza que venga a ciegas. Debe partir del conocimiento profundo de los procesos de desarrollo de la infancia y de la observación de la misma.

No creo que sea necesario que los padres y madres de hoy en día se pongan a estudiar a Piaget, María Montessori u otros grandes pedagogos (si no es lo que realmente les atrae) pero sí es necesaria una aproximación para eliminar miedos, expectativas, comparaciones… y poder acompañar cada etapa desde el amor. De esta idea surge este artículo, el primero de una serie que pueda acercarte a conocer cuáles son las necesidades de tus peques en cada etapa.

LA PRIMERA INFANCIA, EL GERMEN DE UNA NUEVA VIDA

Los tres primeros años de vida son contemplados como el periodo vital más importante de nuestra vida. Durante estos primeros años (y hasta los 7 aproximadamente) estamos construyendo nuestra personalidad, nuestras creencias, nuestra autoestima y, en definitiva, las lentes con las que veremos el mundo. De ahí que sean tan relevantes las experiencias vividas desde la gestación y el acompañamiento que recibimos hasta los tres años de edad.

Vamos a ver qué necesidades biológicas debemos atender durante esta primera infancia, comprendiendo que cada persona tiene su propio ritmo y que estas pautas solo nos van a servir de orientación. Será a través de la observación como podremos saber en qué momento de desarrollo se encuentra nuestro peque:

A NIVEL EMOCIONAL

En esta fase los niños y las niñas forman parte de la membrana emocional de la madre. Su hogar, su entorno y la guía desde la que conocen el mundo es la madre.

“Solo quiere que la coja”, “Me demanda a mí y no al padre” “La tengo todo el día pegada a mí” ¿Te suena? Son frases muy habituales que casi todas las madres hemos dicho alguna vez. Y es que es algo completamente normal que nuestros/as peques nos reclamen.

Poco a poco, en torno a los 2 años de edad, se van comprendiendo como seres diferentes a nosotras y de ahí que surjan comportamientos de negación y confrontamiento. Lo que nos están diciendo es “Mamá, yo no soy tú. Me estoy dando cuenta de que puedo pensar diferente”.

Los límites en esta etapa son cruciales si son puestos desde el amor y el respeto. Si ponemos en valor lo que nuestros hijos e hijas piensan desde su más tierna infancia, lo reconocemos, le ponemos nombre… hará que su autoestima se desarrolle sana y no dependiente. Reciben un sentimiento de ser vistos/as y comprendidos aunque luego el límite marque una decisión que no case con su parecer. Por ejemplo, “Cariño, veo que tienes ganas de seguir caminando por esta calle, te interesan esos escaparates. Mañana podremos seguir explorando esta zona, ahora es el momento de volver a casa por aquí”

Las mal llamadas rabietas, los mal llamados terribles dos años… esta forma de afrontar la etapa crea brechas enormes entre nosotros/as y nuestros/as peques. Es necesario un gran grado de empatía para mantener la conexión establecida cuando eran bebés.

¿Cómo puedo atender estas necesidades?

  • Cuando son chiquititos/as el contacto físico es imprescindible para la vida. Cógelos en brazos (no sé va a acostumbrar), portéalo/a, mécelo/a.
  • Ten siempre claro que no está haciendo una lucha contra ti, solo que todavía no sabe hacerlo de otra forma
  • Sé el ejemplo de una gestión emocional sana, dale herramientas.
  • Asegúrate de que tiene claros normas y límites.
  • Tu autocuidado aquí tiene un papel capital.

A NIVEL SOCIAL

Crear un apego sano y seguro con la madre y el padre, creará la base para sus posteriores relaciones. Con el tiempo, irá interesándose por otros familiares y personas cercanas, pero siempre teniendo como soporte de seguridad sus figuras de referencia. En esta exploración social, se dan momentos que pueden ser cruciales en la construcción de creencias sobre cómo son las personas.

Por ejemplo, desde muy chiquis surge una sonrisa automática como forma de relación. Las primeras conductas sociales que aprenden son el saludo o lanzar besitos. Pero a los pocos meses suele aparecer un miedo o rechazo a las personas extrañas. Si el entorno no es cuidado, pueden surgir reacciones por parte de las personas adultas que etiquetan. Pasan de “qué simpático/a” “mira cómo sonríe” “se va en brazos de cualquiera” a otras menos agradables como “que serio/a es este niño/a” “qué antipático/a” “qué vergonzoso/a”… En realidad no es nada de eso, ni lo `bueno´ ni lo `malo´, simplemente tiene diferentes estrategias de supervivencia en cada momento.

Otro ejemplo puede ser el juego. Hasta los 3 años pueden estar jugando varios niños y niñas en el mismo espacio, incluso al mismo juego y no estar haciéndolo juntos. Es lo que se llama el juego en paralelo. Las interacciones sociales surgirán más porque deseo el objeto que tiene otra persona, más que porque quiero jugar con ella. Será al final de esta etapa cuando quieran establecer nuevas formas de relación en sus juegos y se empiece a interesar por sus iguales, aunque seguirá predominando el juego en paralelo.

El llanto es su primera forma de comunicación. Los bebés tienen un llanto molesto, difícil de soportar. Y es que tiene que ser así para que se aseguren de que llega su mensaje, de que serán atendidos/as. Se dice que con el tiempo son capaces de desarrollar 16 formas diferentes de llanto, que solo los progenitores son capaces de descifrar.

Este es un momento de explosión del lenguaje. Algunas personas conseguirán comunicarse de manera clara antes de los tres años, pero otras muchas será, a partir de este momento, cuando empiecen decir sus primeras oraciones completas. No hay que alarmarse. Esta es la muestra de que cada cual tiene su propio ritmo. Mi hija, por ejemplo, comenzó a hablar muy pronto. A los 13 meses se le entendía con bastante claridad, pero por el contrario, comenzó a caminar a los 16 meses. No dejemos que hablen y actúen nuestros miedos. Nuestros hijos e hijas van a hablar y van a caminar con normalidad en la mayoría de los casos. En gran medida dependerá de que seamos capaces de respetar sus ritmos sin interferir.

¿Cómo puedo atender estas necesidades?

  • Puedes comunicarte en torno a los 6 meses a través de la lengua de signos para bebés.
  • Contesta a todas sus preguntas, incluso cuando comience al final de la etapa con los `por qués´.
  • Utiliza un lenguaje claro, conciso y descriptivo.
  • Cuéntale cuentos, historias con o sin cuento y cántale canciones.
  • Te recomiendo las rimas con movimiento de Tamara Chubarovsky para esta etapa.
  • Sé el ejemplo claro de cómo quieres que se relacione y qué habilidades sociales quieres que desarrolle.

A NIVEL FÍSICO

Este es un momento de gran desarrollo a nivel motor. Pasan de no ser capaces de soportar su cuerpo a dominar casi por completo todos sus movimientos. Una vez más su desarrollo dependerá del acompañamiento que hagamos en esta etapa. Los y las bebés NO NECESITAN QUE LES ENSEÑEMOS O AYUDEMOS A CAMINAR, SENTARSE O SALTAR. Cada ser humano, si no tiene ningún problema específico, es capaz de aprender por sí mismo a través del ensayo y el error. Emmi Pikler es una de las grandes precursoras del movimiento libre. A través de años de experiencia demostró que, con un acompañamiento seguro, los niños y niñas son capaces de alcanzar su desarrollo físico.

Siguiendo estas premisas, debemos evitar sentarles antes de que su columna vertebral tenga la fuerza suficiente para sostenerse, o evitar agarrarles de las manos para caminar cuando sus piernas todavía no son lo suficientemente fuertes.

Pikler también puso en valor la importancia de los cuidados desde la primera infancia. Poder cuidarles con delicadeza, avisando previamente cada movimiento que implique su manipulación. Esto convierte el cambio de pañal, por ejemplo, en un precioso ritual que se cuida al detalle. Porque la mano que cuida de la persona recién nacida, es su primer entorno.

¿Cómo puedo atender estas necesidades?

  • Ponlo en el suelo boca arriba
  • Ponle objetos atrayentes a su disposición
  • Favorece que pueda subir escaleras, bajar rampas, tener agarres seguros para ponerse de pie
  • Permite que dé sus primeros pasos libremente
  • Asegúrate de que tiene tiempo de juego libre en el exterior (si quieres conocer un poco más sobre la propuesta de Aucouturier en cuanto al desarrollo psicomotor hablamos de ello en esta serie de artículos)
  • Id a la naturaleza

A NIVEL COGNITIVO

De 0 a 3 años vivirá una etapa de descubrimiento de su entorno. Pasará de la mamá como entorno a ir abriéndose paso en el mundo que le rodea. Piaget nos descubrió que será a través de la acción y los sentidos como irá descubriendo qué hay ahí fuera.

El juego se convierte así en su mayor herramienta de aprendizaje. Entiéndeme, me refiero al juego libre, impulsado por una llamada interna a la acción. En esta etapa están muy conectados con su propio ser y será crucial que les acompañemos dejando espacio para su propia escucha interior para reconocerse, identificarse y autovalidarse. Por eso debemos evitar dirigir constantemente sus actos (siéntate, no te muevas, date prisa, ponte el abrigo…), poner en tela de juicio lo que dicen, piensan o sienten (cómo vas a tener calor si hace mucho frío, cómo vas a tener sueño si te acabas de despertar…) y simplemente dejar silencios para que  puedan reflexionar y sacar sus propias conclusiones de sus actos o de los sucesos que vivencian.

Como decía es una etapa sensorial. Todo se lo llevan a la boca porque necesitan conocer sus cualidades a través del gusto. Agitan los objetos para conocer su sonido. Juegan con la comida, la escachan, la lanzan… porque solo así la conocerán de forma sana. Todo lo abren, todo lo sacan, tiran de las cosas, nos llevan la contraria… porque están comprendiendo las cualidades de los objetos que les rodean y las respuestas que damos a sus acciones.

¿Cómo puedo atender estas necesidades?

  • Practica Baby led weaning y favorece que tenga una relación sana con la comida
  • Asegúrate de que tiene las suficientes experiencias de actividad seguras para abrir y cerrar, lanzar, tirar de algo, estrujar diferentes materiales
  • Permite el juego libre diariamente y de forma segura
  • Asegúrate de que los juguetes que le propones son de materiales nobles como la tela, lana, madera, esparto, mimbre… incluso cristal, porque estos objetos están cargados de experiencias de aprendizaje.
  • Adéntrate en los materiales que María Montessori nos propuso para trabajar a nivel sensorial y de vida práctica. (puedes seguir el hagstag #atendiendonecesidadesencasa donde te comparto cómo voy introduciéndolos con mi hija)

Quiero terminar recalcando que la observación con dedicación y presencia será la mejor herramienta que puedas encontrar para poder atender las necesidades de ques peques. Las madres contamos además con una gran intuición maternal que nos sirve de guía en el camino. Si todo esto no es suficiente y necesitas apoyo externo (todas/os nlo necesitamos en ciertos momento) recuerda que estoy aquí para lo que necesites. Juntas conseguiremos que esa conexión con tú bebé perdure muchos años.

seguimos transformándonos juntos/as

Este artículo ha sido posible gracias a la colaboración de Diana Jiménez
alumna en prácticas del máster de Orientación Educativa Familiar

 

1 thought on “LA ETAPA DE 0 A 3 AÑOS

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