Ciudad de Guatemala, 22 de mayo de 2018
Después de 9 días siendo torturada y violada, Emma Molina Theissen logró escapar. Era 1981 y huyó de una base, donde los militares de la dictadura genocida (#SíHuboGenocidio) de Ríos Montt la tenían detenida.
En venganza, varios militares desaparecieron a su hermano Marco, de 14 años.
Ha hecho falta muchísimo dolor, muchísimo valor y muchísimo tiempo, para obtener Justicia para Marco y Emma. Pero Guatemala lo ha hecho.
El pasado lunes 21 de mayo, después de trece horas y media de espera, Emma, su madre y su familia, con el apoyo de las Abuelas de Sepur Zarco y decenas de observadores, miembros de organizaciones feministas y de derechos humanos, escuchaban la sentencia. Penas de 33 a 58 años de cárcel para cuatro militares.
Ayer salía la noticia de que, además, la familia Molina Theissen, tendrá derecho a una reparación digna. Ocho de las doce medidas solicitadas por la familia se llevarán a cabo. Un documental sobre la desaparición de Marco Antonio, orden al Ministerio de Educación para que en los programas educativos incluya textos que expliquen lo acontecido en el Caso Molina Theissen y en los que se aborde el tema de la desaparición forzada en el Conflicto Armado Interno, creación de una beca y una condecoración militar Marco Antonio Molina Theissen, establecimiento del día de la niñez desaparecida (6 de octubre) entre otras.
Se considera, esta, una sentencia histórica. Y hay que tener presente que cada vez que se produce un avance en materia de derechos humanos la humanidad entera da un paso al frente. Cada vez que se retrocede repercute en la vida de cientos de miles de personas.
En Guatemala hay, al menos, 45.000 desaparecidos/as ( en España tres veces más), 5000 de las cuales son niñas/os como Marco Antonio.
